La joya del príncipe (parte dos)

Género: Romance/Fantasía



Hola chicos, después de mucho tiempo decidí retomar viejas historias que estaba escribiendo. Una de ellas es "La joya del príncipe", un intento de cuento de que ya les compartí la primera parte.

*****

Los ladrones escurridizos escaparon como alma que lleva el diablo. Tenían 7 horas de viaje por delante antes de llegar a la aldea como punto seguro. El plan habría sido un éxito de no ser por el inexperto ladrón Baltazar cuya ambición lo cegó. Solo debían entrar a la bóveda entre el cambio de guardia de la tarde y tomar una parte de las riquezas de la familia sin que estos se dieran cuenta.

Una de las reglas de los ladrones al entrar en un sitio era ser lo más sigilosos posible y dejar la curiosidad o los deseos particulares en la casa. Baltazar en medio de la operación avistó una enorme puerta cuyos bordes estaban recubiertos de oro y piedras preciosas. Vio enormes medallones, joyas, anillos, cosas preciosas que pensó le podrían gustar a su nueva y joven esposa. Decidió aproximarse.


-Hey! - Le detuvo Harper – No toques nada, ya casi nos vamos.

-Solo quiero un recuerdo.

-Eres imbecil? No ves que ya casi completamos el botín. Si das un paso más le diré a Lucer, ok?

El muchacho se sintió ofendido de recibir ordenes de esa chiquilla novia de su jefe. Por simple orgullo apenas lo perdieron de vista decidió ignorar la advertencia y arruinó toda la misión.

En esa compuerta lujosa además de joyas regaladas a la reina como símbolo de admiración y recuerdos de sus exuberantes viajes estaba “el medallón de amor verdadero” perteneciente al príncipeì Bastián. Las manos ambiciosas del ladrón tomaron anillos, perlas y sin ni siquiera quererlo la desabrida joya maldita.

Las campanas de alerta sonaron directamente en la sala de trabajo de Bastián, quién estaba creando los planos para nuevas estructuras y carreteras que conectaban a su reino con otros poblados.

-¿Qué diablos sucede? - No terminó ni de reflexionar cuando ya se estaba escabullendo por el pasadizo secreto que lo llevaba al escondite de la joya maldita. En 15 segundos estaba allí y alcanzó a ver a los ladrones escapar.

-GUARDIAS! Gritó y sonó las campanas mientras se preparaba también para la defensa.

En el enfrentamiento logró tomar atrapar Harper y verla directamente a la cara. “Una mujer robando mi reino”, lo supo de inmediato a pesar de lo desalineada de su vestimenta y el ocultamiento de su cabellera. Ella a pesar de ser inferior en fuerza logró zafarse con destreza sin la intervención de sus compañeros.

El príncipe alcanzó a gritar “devuelvan la joya o morirán”. La persecución fue intensa, pero los ladrones al haber estudiado y planeado rutas de escape por pueblos enemigos lograron escapar con pocos heridos.

En el castillo el revuelo mantuvo en guardia a toda la familia, la reina Lana lloraba sin consuelo.

-Hijo, tenemos que encontrar esa joya, sino...no quiero ni pensarlo. Las consecuencias serán catastróficas.

-Mamá, no sería mejor que esa joya simplemente desapareciera.?

-Pero qué dices? Eso es imposible, la maldición traerá desgracia a nuestra familia. Así ha sucedido antes y volverá a pasar si no damos con la joya.

Bastián movilizó a todos sus caballeros y creó él mismo un boceto de la joven ladrona que había atrapado para reconocerla bien al tenerla de frente. Según las investigaciones de sus hombres se trataba de un grupo casi inofensivo de ladrones cuya sigilosidad hacía que sus crímenes pasaran desapercibidos hasta que ya era muy tarde para darles persecución. Era cierto, si no fuera por que intentaron robar las joyas familiares no se hubiesen percatado. Con este método conseguían cantidades millonarias.

-Ofrezcan una buena recompensa a quién me de información de esta chica y de la banda. Pongan esta información por todos los reinos cercanos y lleguen a acuerdos temporales con nuestros enemigos. No van a escapar.


***


Ya entrada la noche en la aldea bajo “El roble” los ladrones se repartieron el botín, la mayor parte para el líder Lucer. Baltazar fue duramente castigado, lo golpearon y lo retiraron de las futuras misiones hasta que se redimiera.

-Lo único que obtendrás de este botín es esta joya cutre – le dice Lucer lanzándole el feo medallón a los pies. Él, todo golpeado, ni siquiera lo tomó.

-Prefiero no tener nada. Si llego con esa cosa a casa mi esposa me dejará.

-Haz lo que quieras, ya largate – espetó Lucer con una media sonrisa y miró hacia Harper – Quizás a tu dulce madre le venga bien una joya de este nivel H.

La joven rió con la ocurrencia. No estaría mal gastarle una broma a su venenosa madre o a una de sus hermanas.

-Sabes? Aceptaré tu ofrecimiento esta vez. La moda de la monarquía estos últimos años da asco. Mira esta cosa fea.

Tomó el medallón y su parte del botín, se despidió de todos y antes de irse pasó por el puesto en donde se recuperaba Raúl que resultó herido durante la huida. Esperanzado le preguntó si podía comunicárselo a Rosa a ver si se preocupaba un poco por él. ¿Cómo puede amarse a alguien tan detestable como su hermana? El amor es muy misterioso, pensaba la joven camino a casa.

Al llegar su hermana Katherin la abordó preguntándole qué le había traído, como si llegara de un viaje de placer con los regalos para todos. Su madre le siguió desde otra habitación histérica por haberla despertartado mientras gritaba y al mismo tiempo curioseaba el contenido de su bolsa de botín del robo. Se trataba casi todo de monedas de oro y plata, algunas joyas pequeñas y delicadas que su hermana y madre se apresuraron a coger. Al llegar el turno de Rosa quién llegó de última no quedaba casi nada bonito para lucir, la jovencita estaba roja de la ira.


Harper no tomó nada, le desilusionaba no poder lucir su feminidad, una condena que aceptaba por decisión. Sabía que su destino era proveer a su familia como lo haría su padre. Cuando se casaran sus hermanas quizás ella podría tener una oportunidad de hacerlo también.

-¿Qué es este esperpento? - dijo Rosa Helena señalando el medallón con cara de asco.

-El tonto de Baltazar se lo ha robado por error. No tiene importancia, es solo un recuerdo – respondió H con frialdad.

La madre le arrebató el medallón para examinarlo intentado encontrarle lo bueno, si lo tenían los extraricos era por algo. Sospechaba que se trataba de una antigua joya mágica de buena suerte, pero se reservó sus conjeturas.

-Te la puedes quedar – y se la devolvió a su hija. En el fondo de su corazón cruel la señora Teresa sentía algo de afecto por su hija, pero era más fuerte el egoísta miedo de quedarse sola y arruinada si ella se alejaba de su lado.

Harper estaba cansada por el viaje y se durmió de inmediato. Por primera vez en años los sueños se apoderaron de su descanso.

Úsalo, úsalo, úsalo, pontelo ahora, Harper, úsame, soy tuyo. Harper te amo, úsame – susurraba una dulce voz femenina.

La voz insistía, persuasiva. No tardó demasiado en caer en cuenta de a qué se refería la voz: el medallón.

Casi sin poder controlarse la joven se dirigió al mesón donde dejó el artilugio y sin siquiera reflexionarlo se lo puso. Un dolor conocido la dominó causando escalofríos por toda su piel, la joya le estaba quemando la piel, intentó quitársela, pero resultaba imposible. Entonces ocurrió.


***


El príncipe pasó la noche en vela planificando cómo recuperar la joya. Desde el asalto, horas antes, la imagen de esa ladrona no se desvanecía de su mente. Era hermosa a pesar de su descuidado aspecto, pero él estaba rodeado de belleza, no le sorprendía ¿entonces por qué este sobresalto en el corazón?

Como hombre inteligente y racional sospechó, pero no, el destino no podía ser tan cruel con él.

Cuando estaba por adormentarse un ataque de taquicardia lo dominó inyectándole una adrenalina repentina. Su corazón y su cabeza no dejaban de retumbar sin control. Se sentía sofocado. No puede estar pasando – pensaba desesperado.

Al fin ha llegado Bastián, la elegida está aquí – susurró una dulce y tranquila voz femenina. Por los recuerdos que le compartió su padre el joven supo que se trataba de la joya encantada. Dio pasos largos como pudo hasta llegar al librero familiar de su oficina personal, barrió con la mirada el perímetro hasta encontrar el pergamino con el encantamiento de amor.



Ella llegará lista para amar.

Las luces indicaran el camino a vigilar.
Imposible de ignorar, la elegida vendrá sin avisar y la correcta será.
En esta joya del amor te fiarás y felicidad eterna te ofrecerá, una que solo la muerte podrá finalizar.


El momento ha llegado. Sintió escalofríos por todo el cuerpo y un deseo irresistible de montar en su caballo e ir en búsqueda de la elegida. Así lo hizo. Se puso un abrigo grueso, preparó algunas provisiones para comer en el camino y agua.


La luz, la veía claramente a la distancia, la joya estaba brillando con intensidad, más bella que nunca. El hechicero puso un sello mágico que le impedía a la elegida quitarse la joya hasta no estar junto a él unidos en matrimonio.

Sabía que la luz lo guiaría hasta ella, pero de igual forma tomó el mapa de todos los reinos y como por instinto señaló una posición extraña muy alejada de allí. Estaba seguro que allí obtendría pistas sobre su elegida.

Su madre entró en el improviso muy agitada, ella al ser parte también del hechizo supo cuando la nueva chica fue encontrada. Al verlo preparándose para partir solo lo abrazó y lloró un poco.

-Estoy tan feliz por ti mi amado hijo.


Entonces de entre las telas de su vestido le hizo entrega de las joyas de matrimonio de oro.

-Recuerda ser amable Bastian, no importa si la elegida no es la mujer que imaginaste físicamente o de tu misma posición. Hijo, tienes que entender que la joya no toma en cuenta estos factores.

Él la miró extrañado.

-Madre, pero qué dices. Princesas, aristócratas, reinas de belleza han sido rechazadas por el medallón. No creo que haga una elección tan mala.

Se apenaba de esa actitud de su hijo y deseó que en el camino a su encuentro con la joven elegida reflexionara un poco. Temía que la joven lo rechazara a pesar de la fascinación inicial del hechizo. Esto les produciría a los dos una profunda infelicidad.

-Abre tu corazón hijo querido. Solo así podrás descubrir la felicidad y el amor.

El joven suspiró, su madre estaba emocionada y no quiso discutir. Terminó de preparar sus pertenencias, los anillos y se marchó en medio de la noche.

Salió de su territorio y se dirigió al sur como marcaba el mapa, recorrió sin descanso los primeros 3 reinos próximos al suyo. Sabía que tendría que tomar un camino largo para circundar los caminos enemigos así que luego de 3 horas de recorrido un poco antes del amanecer decidió tomarse un descanso y entró en una posada humilde, la única a la vista en ese lugar llamado Cantabria.

Al ver su vestimenta le ofrecieron la mejor habitación que consistía en unos 25 metros cuadrados adornados con mobiliario pesado, escritorio, cama y armario, una ventana de tamaño medio para “escapar en medio de la noche en caso de persecución”, se imaginó; y un enorme espejo que parecía lo más nuevo del lugar. Agradeció la amabilidad y la sonrisa de la vieja propietaria.

De inmediato cayó rendido.



****

Harper se quedó sorprendida cuando la joya comenzó a resplandecer. La luz multicolor se movía descontrolada por toda la habitación, la voz femenina canturreaba. El feo objeto se transformó subitamente en una hermosa joya llena de diamantes y otras piedras preciosas, resaltando en el centro una enorme esmeralda.

La sensación de quemadura disminuyó, sin embargo ya sus gritos y jaleos por la sorpresa despertaron a su familia. Sus hermanas al verla no lo podían creer.

-ES BELLISIMA ¡Yo la quiero! - Reclamó Katherina intentando arrancársela del cuello. Pegó un gritillo de sorpresa cuando sintió la quemadura y la miro enfurecido. Las otras dos mujeres observaban sorprendida.

-De dónde la has sacado? - Interpeló la madre fingiendo sorpresa. Como lo creyó se trataba de una joya mágica.

Ella solo alcanzó a medio gritar: No puedo quitármela! Cada vez que probaba el objeto la ahorcaba o quemaba. Por primera vez le pidió ayuda a sus hermanas y madre, intentaron a la fuerza, con aceites, con rezos y maromas y fue en vano.

La joven pensaba en cómo se iba a presentar al trabajo con semejante cacharro brillante y costoso, además explicar que era imposible deshacerse de él. Al no poder soportar las miradas envidiosas de sus hermanas y en especial de su madre decidió escaparse al valle. Allí tenía un refugio para dormir y esconderse cuando el mundo la sobrepasaba.

Antes de que la chica se dirigiera al escondite, Teresa la detuvo y le dijo:

-Creo que tengo una idea para desprenderte de la joya. Mañana iremos con Claudia, la bruja del pueblo. Ella tendrá la solución.

No fue posible descansar. Solo soñaba con el joven príncipe del robo. Su imagen invadía todos sus pensamientos. Era atractivo e intimidante, se notaba que era un fiero luchador. El primogénito del monarca y guerrero Antonio Gallar.

Al otro día escondiéndose de la vista curiosa de los aldeanos y sus amigos ladrones se fue con su madre valle arriba a encontrarse con la vieja hechicera.


FIN DEL SEGUNDO CAPITULO


NOTA RÁPIDA: Amigos estoy escribiendo en un teclado adaptado a otro idioma, por eso si se me pasan algunos acentos perdónenme, iré corrigiendo apenas vea algo extraño o si me lo señalan. Gracias.


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